Un no parar en Romanones

Un no parar, y una mañana fresca a primera hora del día. Romanones ha celebrado, tras el aplazamiento por la meteorología, su feria chica.

Y lo ha hecho con un cuatreño del hierro de “villalobillos” adquirido a Diego Valladar, bien hecho, sin estar pasado de quilos, de gran expresión y hechuras que ha tenido movilidad y nobleza, que propició la inquietud en su salida debido a que se escapó entre el hueco del camión y las talanqueras antes de tiempo.

Los que estábamos esperándole en las calles nos hemos llevado la sorpresa. Sin causas mayores volvió a la calle por donde se pretendía, y los mozos disfrutaron de la salida. Una vez ya en el campo siguió sin parar junto a los bueyes hasta que los caballistas le dieron la vuelta.

Bien hermanado y al paso llegó a atravesar las calles del pueblo y fue a parar debajo de un árbol, de un arreón fue de nuevo al pueblo y estuvo refrescándose en la fuente. Tras descansar volvió al sitio anterior del árbol. Allí propició un nuevo arreón, terminando ahora en su lugar de suelta, donde los mozos aprovecharon para recortar al toro.

Finalmente se dio suelta al campo por la salida tradicional y cayó a unas zarzas donde tuvieron que matarlo.

Pablo García, en nombre de la Peña Taurina Saleri II, hacía esta valoración al final del festejo: “Ha sido un encierro entretenido para la gente del pueblo, ya que el toro ha entrado varias veces por las calles del lugar, lo que ha hecho se haya podido ver algo menos en el campo que es lo suyo. La gente ha quedado contenta con el encierro“.

Héctor García

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