No hay quinto malo… Ni quinta… porque ésta de la Feria de Otoño fue una gran tarde en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. También el quinto morlaco hizo honor al dicho. Llenazo, se vendió todo el papel del aforo permitido.
El primero del encierro fue para El Juli que lo toreó muy despacio con el capote. El toro se vino arriba en banderillas. La faena con la muleta fue de mano bajo y mucha profundidad, alargando mucho el muletazo. Colocó una estocada en todo lo alto y fue premiado con una oreja, con petición de la segunda por parte del respetable. El toro fue ovacionado en el arrastre.
Al cuarto, un animal con buena presentación, el de Madrid lo recibió con delantales de mano bajo. Iván García se desmonteró con dos pares de banderillas con mucha verdad. Julián puso toda la carne en el asador, peo no consiguió nada porque el toro no tuvo fondo. Silencio.
A Emilio De Justo le correspondió en primer lugar un toro basto que no llevaba nada dentro. El de Torrejoncillo estuvo con mucha disposición con el capote y en el resto de la lida, pero nada pudo hacer. Silencio.
No hay quinto malo, esta vez sí. De Justo puso Madrid patas arriba. Emilio recibió a “faroleo” con pierna flexionada con la muleta y con mano baja con la derecha, dando naturales con la diestra. Estocado en todo lo alto. Dos orejas. Buena parte del respetable pidió la vuelta al ruedo para el astado.
A Juan Ortega le correspondió un toro muy similar al segundo, un toro soso que no le sirvió para el toreo. Poco pudo hacer el de Triana. Silencio. En el último de la tarde todo el mundo empujó para que juan parara el tiempo. Pegó muletazos sueltos con mucha clase. ¡Qué manera de componer y de andar por toda la plaza! La espada le quitó una oreja. Buen gusto el del trianero.
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