Hacia muchos años que la Maestranza no crujía como ayer, la faena de Morante de la Puebla, única e inenarrable, se vacío e hizo que los aficionados también lo hiciéramos, a la salida de los toros, en boca de todos un nombre Morante, había que hasta lloraron cuanta emoción contenida! cada uno la expresa a su manera, que bonito!
Como me decía mi vecino, los que hoy era su primera corrida, ya son aficionados y con ganas de volver a pasar la Maestranza.
Morante estaba roto por dentro de tanta emoción, y sentimiento, abandonó el coso del baratillo andando, cuando podría haber salido a hombros, y estoy bien segura que lo hubiesen llevado hasta el hotel.

Información e imágenes: Bárbara Pons